domingo, 14 de septiembre de 2025

Morón quiso "Celeste" y le "costó" un traspié

En el fútbol suele decirse, "que los goles que se erran en el arco contrario, se sufren en el propio".

Y eso fue, precisamente, lo que sucedió en la tarde del Oeste, el último sábado frente a Temperley, entre un Morón que tuvo varias chances claras de ponerse en ventaja, en especial durante el complemento, en el que fuera claramente superior al "Gasolero", pero su reiterada falta de definición, en particular de sus delanteros, permitiera mantener en partido al visitante, que fiel al viejo axioma futbolero, en el epílogo del partido, en una contra letal, se quedaría con los tres puntos y un premio excesivo en el Nuevo Francisco Urbano.

En un fútbol que no sabe de merecimientos, el equipo de Walter Otta pagó caro su ineficacia en el arco de Ezequiel Mastrolía, arquero "Celeste", también responsable de un par de atajadas determinantes, asestándole un duro golpe a la ilusión de disputar la final por el primer ascenso, aún posible desde la matemática, pero supeditado a otros resultados, ya sin margen de error, a falta de tres cotejos para el cierre del torneo.

Repitiendo el once que se impusiera, también en en final del encuentro, en un durísimo pleito ante Defensores Unidos, en el siempre complicado reducto de Zárate, en los primeros 15' frente a Temperley, sería la visita quien se asentara mejor en un terreno de juego visiblemente mejorado, quitándole el balón al Gallo y provocando un par de llegadas con peligro al arco de Leandro Finochietto.

Sin embargo, las oportunidades más claras las generaría Morón, con un tiro libre de Santiago Kubiszyn (que recibió la quinta amarilla y se perderá el partido con Colón, en Santa Fe), apenas desviado por encima del travesaño, un buen quite del propio Kubiszyn en el círculo central y la mejor habilitación por derecha a Yair González, que ingresando al área por el flanco derecho, elevaría demasiado su remate al arco y la última, con un cabezazo fortísimo de Franco Lorenzón, a la salida de un tiro de esquina desde el sector diestro, a cargo del mencionado Yair González, pero el balón se perdería apenas alta.

Ya en el complemento, el Gallito aumentaría su presión sobre la visita, con la ambición de trasladar al resultado, su superioridad en el juego, evidenciada desde la media hora de la primera mitad, a partir de otro buen ingreso de Jonathan Berón (en lugar de Kubiszyn), al igual que una semana atrás ante CADU, más "picante" y vertical, como en aquellos partidos iniciales de temporada, en los que asomara como titular, relegando a Fabricio Sanguinetti al banco de los relevos.

En un segundo tiempo todo de Morón, el mismo Berón remataría apenas desviado de "cachetada" y entre el uruguayo Sanguinetti e Ivo Costantino desperdiciarían un par de ocasiones inmejorable para abrir el marcador, la más clara de la tarde, en aquella que naciera de un saque desde el arco de Finochietto, para habilitar de gran forma la corrida por derecha de Yair González, y cuyo centro pasado, con ventaja para los que llegaban al área visitante, primero no pudiese ser impactado por Sanguinetti y en segunda jugada, por el sector opuesto, le quedarse en solitario a Costantino, pero el remate del "9" del Gallo iría directo a la posición de Mastrolía, para su lucimiento, enviándola al tiro de esquina.

Hasta el fatídico minuto 36' del segundo tiempo, con un Morón decididamente jugado en ataque, cuando de un pelota impulsada desde el lateral diestro al área visitante, el rebote le quedaría al lateral derecho del "Celeste", Lorenzo Monti, que habilitaría largo y por el medio a Agustín Toledo, el volante central visitante, y éste con un gran gesto, dándose apenas vuelta y de primera, cedería en ofensiva al ingresado Julián Carrasco, para que el "19", sólo por el sector izquierdo, enviase un centro preciso al "corazón del área" de Finochietto, y la experiencia goleadora de otro relevo, el "inoxidable" Javier Toledo (de 39 y vigentes años), le ganara la posición con "oficio" de "9" a la juventud de Franco Vázquez, para impulsarla al gol de Temperley, con un "puntazo" junto al poste derecho del arco del Gallo.

Tras el "baldazo" de "agua helada", sin correspondencia alguna con el trámite del encuentro, Morón en el agregado, hasta tendría la chance del empate agónico (y largamente merecido), con un cabezazo de Berón, pero el "capricho" de un gol esquivo (por ineficacia propia y méritos de Mastrolía), en este caso también contaría con la "fortuna" en su contra, dado que el balón pegaría en la base del palo izquierdo y se perdería por el fondo de la cancha.

Igual habría tiempo para que Temperley se quedara primero con diez, por una entrada muy fuerte de Lucas Richarte en perjuicio de Elías Contreras y en el segundo minuto agregado por un Pablo Dóvalo, sin injerencia en el resultado del partido, de una "embestida" para roja de Joaquín Livera, sobre el lateral diestro rival, Lorenzo Monti, Dóvalo lo "perdonaría" con una amarilla, pero la corrida inexplicable de Leandro Finochietto hasta la mitad del campo, para reclamarle al árbitro, terminaría con la expulsión directa del arquero del Gallo, por exceso verbal, convirtiéndose en el undécimo expulsado del Gallo en el campeonato y obligando a Franco Lorenzón a ponerse la "pilcha" de arquero improvisado, durante un par de minutos sin asedio visitante, ocupado en conservar en campo propio un triunfo impensado, premio excesivo para Temperley y "castigo" lamentable para la falta de contundencia de Morón en el arco de enfrente.

Final en el Oeste y derrota que duele, sin dudas, pero mientras la matemática acompañe, la ilusión se mantiene intacta.

A levantar la "cresta" y recuperar los tres puntos cedidos en casa, ante un Colón de pésima campaña, en Santa Fe.

Morón quiso "Celeste" y le costó... Un traspié.


@elgallogustavo.



      📸: gentileza, Club Atlético Temperley.


sábado, 6 de septiembre de 2025

Primera "final" tachada. Restan cuatro

A falta de siete minutos para el tiempo reglamentario, Morón se quedó con un triunfo tan determinante como trabajado, ante Defensores Unidos, en Zárate, para meterle "presión" a los "lobos" de arriba, el jujeño y el mendocino, que el domingo se enfrentan en la "tierra del sol y el buen vino", para que el Gallo sueñe con recortarle puntos al líder, a la fecha, Gimnasia y Esgrima de Jujuy.

Y qué mejor para "recortar" la distancia con el puntero de la zona, que ganar la primera de las cinco finales que se avecinan, con una "tijera" de otro partido, convertida por el "héroe" menos pensado, Elías Contreras, a los '38 minutos del segundo tiempo.

De un saque lateral, a la altura del área grande local, Joaquín Livera, nobleza obliga, en el mejor partido desde que arribara al Gallo, sacaría un centro con las manos, que "peinada" en el área por otro ingresado en el complemento, también en su mejor rendimiento, como Mauro Burruchaga, la pelota le quedaría a Elías Contreras, otro de los relevos en el segundo tiempo, corregiría la trayectoria de un balón pasado de su posición ideal, para meter una media vuelta y una "tijera" hermosa, para ubicar la pelota junto al poste derecho de un incrédulo Mauricio Aquino (el "1" local que ya había ahogado un par de gritos visitantes, la más clara en un cabezazo "a quemarropa" de Santiago Kubiszyn, minutos antes) y darle a Morón tres puntos tan vitales como laboriosos.

Repitiendo el once de inicio, del último domingo, en el empate con "sabor amargo" ante el "Pincha" de Caseros, en el Nuevo Francisco Urbano, el equipo de Walter Otta tuvo la iniciativa desde el pitazo inicial de Javier Delbarba, árbitro del encuentro, pero apurado e impreciso, por la necesidad de ganar o ganar en un escenario esquivo, en el cual el Gallo no se imponía desde el campeonato de la vieja Primera "C" en 1980, no encontraría los mejores caminos para generarle peligro a Defensores Unidos, que entonado por su victoria de la fecha pasada, en duelo directo con Talleres en Escalada y pese a su urgencia también en sumar de a tres, jamás se desordenó ante el equipo de Otta y apostó a esperarlo escalonado en su campo, para salir rápido de contra ante la primera pérdida rival o recupero propio.

En ese contexto, de mucho nervio y poca lucidez por ambos lados, el primer tiempo se consumiría con un Morón predominante por búsqueda y decisión, pero con escasa precisión para generar peligro en el arco de enfrente, más allá de una buena cantidad de tiros de esquina, todos rechazados por la altura de defensores como Facundo Laumann y algún que otro remate desde afuera, por ejemplo, en los pies de Yair González, el de mayor presencia ofensiva en la tarde zarateña.

Ya en el complemento, Morón saldría con más decisión en búsqueda de la victoria, pero exponiéndose a la posibilidad de algún contragolpe letal de Defensores Unidos, repartiendo ocasiones de gol, en cantidades módicas, las más claras del Gallito, en un remate de Livera, en posición de "9", al travesaño y la referida atajada de Aquino ante el cabezazo de Kubiszyn, mientras que el local "probaría" en un par de ocasiones, los reflejos de Leandro Finochietto, siempre de buena respuesta cada vez que debió intervenir.

Y cuando el partido se extinguía, con el "cero" a cuestas, mal negocio para ambos, aparecería la "pirueta" de Elías Contreras, para sentenciar el resultado y desatar el festejo dentro de la cancha y a la distancia, en todo el Oeste.

Como "perla negra", debemos mencionar la lesión, aparentemente de consideración, de Pablo Ferreira, uno de los mejores en Zárate y pieza fundamental durante todo el campeonato. 

Morón debía ganar sí o sí, en Villa Fox y lo hizo, para meterle presión a los "lobos" de arriba, que habrán de sacarse puntos mutuamente, cuando se enfrenten este domingo en Mendoza.

En la primera de cinco finales y ante un rival que no le facilitara para nada la tarde, el Gallo se quedó con tres puntos que mantienen intacto el sueño enorme de ir por el primer ascenso.

Ahora, a recibir la visita de Temperley, el próximo sábado, en otra prueba de carácter, ante un rival directo.

De "Celeste" en "Celeste", aunque cueste.

Primera "final" tachada. Restan cuatro.


@elgallogustavo.


   📸: Eduardo Fabián Acuña.


lunes, 1 de septiembre de 2025

7 de 9... Nada mal para una semana

A Morón se le escapó en el final.

Con demasiadas ausencias significativas (Iván Vaquero, Emilio Lazza, Mariano Bíttolo y entre los relevos, Gastón, González, todos por lesiones) y con la sobrecarga de tres partidos en una semana, el Gallo a punto estuvo de sumar nueve de nueve en "casa", pero el desgaste físico, por la acumulación de minutos (en una cancha que aguantó de manera inmejorable, la cantidad de agua caída en las últimas horas), lo privó de volver a sumar de a tres, para quedar a tiro de la punta de la zona, por un error individual y repetido, en el primer minuto agregado, frente al siempre complicado Estudiantes de Caseros.

En rigor de verdad, el empate final a uno está correcto y se corresponde con los expuesto por ambos, al cabo de los 90' de juego, con un Morón que dominó casi todo el primer tiempo y supo ponerse en ventaja, de manera merecida, con un auténtico golazo de toda la cancha, pero desde los 35' de la primera mitad y en especial en el complemento, no pudo intentar aguantar el resultado desde la tenencia del balón o cuanto menos, intentar definir el pleito de contra, ante un "Pincha" de Caseros que lo dominó en toda la segunda etapa y bien pudo empatar el marcador mucho antes, de no mediar el gran partido de Leandro Finochietto.

Así las cosas, mientras el equipo de Walter Otta tuvo "combustible" en el "tanque", se impuso, fue superior y sacó una justificada ventaja frente a un Estudiantes que jamás había inquietado a Finochietto, hasta el cuarto de hora final del primer tiempo, cuando las reservas empezaron a escasear y la visita comenzó a sacar provecho de ese cansancio acumulado, de un Morón que venía de un raid de dos cotejos complicados (ante Chicago y Gimnasia de Mendoza), en una misma semana.

Con la única variante obligada de Santiago Kubiszyn (de muy buen partido), en lugar del lesionado Mariano Bíttolo, que tras cumplir la fecha de suspensión por cinco amarillas, ante el "Lobo" mendocino, en la última práctica previa al cotejo ante el "Pincha", el mejor del torneo sufrió una sobrecarga muscular, el Gallo fue en búsqueda de otro triunfo que lo dejara a tiro de la punta, dominando las acciones, pero sin profundidad, hasta que a los 18' del primer tiempo, de una jugada iniciada en campo propio por Juan Manuel Cabrera, por el flanco derecho, la pelota derivaría al sector opuesto del ataque local, con no menos de diez toques entre Pablo Ferreira (otro en el "podio"), Joaquín Livera, Fabricio Sanguinetti, Santiago Kubiszyn y Yair González, para que el balón volviera a la posición en ofensiva de Cabrera, y el lateral diestro de Morón, en lugar de optar por el envío al área, decidiera tocar al centro, en dirección a Kubiszyn, quien dejaría pasar el balón, para que Yair González la ubicase con categoría y precisión, con cara interna del botín derecho, junto al poste también diestro de un sorprendido Matías Budiño, arquero de la visita. GOLAZO y merecida ventaja de uno a cero.

En los minutos siguientes y hasta la media hora de la etapa inicial, Morón apretaría a Estudiantes contra su arco, con un par de tiros de esquina, como si íntimamente supiera que era momento de sacar la mayor diferencia posible, a sabiendas que difícilmente las "reservas" permitiesen aguantar los 90' más el agregado.

Y así resultaría, porque tras un par de "sustos" en el cierre de la primera parte (la más peligrosa, en un mano a mano desperdiciado por un "viejo conocido", como Gonzalo Berterame), desde el reinicio de las acciones, tras el descanso del entretiempo, los de Caseros se apoderarían por completo de los 45' finales, arribando al merecido empate, recién en el primer minuto agregado al tiempo reglamentario, mitad por la falta de contundencia de sus delanteros, como en otra gran actuación de Leandro Finochietto, la figura de la noche en el Oeste, con tres o cuatro atajadas para el aplauso.

Pero en la menos pensada, en el minuto 46 de '50, una vez más y al igual que frente a Talleres, en la derrota en Remedios de Escalada, Matías Cortave intentaría anticipar un centro y totalmente fuera de timming, no haría otra cosa que "rechazar" hacia adentro del área y habilitar sin proponérselo al ingresado Santiago Briñone, que sólo frente a Finochietto, con un remate "mordido" y contenido a medias por el "1" del Gallito, la pelota ingresaría "pidiendo permiso" al arco local, pese al esfuerzo final de Franco Lorenzón y Cabrera, para el uno a uno irreprochable de la visita, pero doloroso, cuando parecía que los laboriosos tres puntos se quedaban finalmente en esta parte del Oeste.

El pitazo final de Gastón Monsón Brizuela, de buen arbitraje, nuevamente contrario a los pronósticos más agoreros (y no sin razón), terminarían confirmando un reparto de puntos que le permiten a Morón seguir con esperanzas, en un expectante tercer puesto, a cuatro unidades del líder, Gimnasia de Jujuy, a falta del encuentro entre Chicago y su par mendocino, que podrían cambiar la "jefatura" de la zona y alejar al Gallo a un punto más de la cima.

Ahora, a recuperar "soldados" indispensables, porque algunos recambios no están a la altura y a recuperar energías, porque restan cinco fechas y todo aún continúa en juego.

Sin espacio para lamentos, a pensar en el CADU.

#7de9... Nada mal para una semana.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


jueves, 28 de agosto de 2025

"Lobo, está?"... Se lo comió un Gallo de riña

Morón ganó "la final del mundo", como la definiera en la previa del encuentro postergado frente a Gimnasia de Mendoza, Walter Otta, en "Corazón de Gallo" y "bajó " al puntero de la zona, para sumar tres puntos y colocarse tercero, a sólo tres unidades de distancia de su vencido, con el sacrificio como premisa y la ilusión como estandarte.

Luego del triunfo en el clásico, también por la mínima, del último fin de semana frente a Chicago, con poco descanso y mucha adrenalina, el Gallo llegaba al encuentro con el "Lobo" mendocino, líder de la Zona "B", en el postergado de la vigésima fecha, con la necesidad imperiosa de sumar de a tres, para recortar distancias con la cima de la tabla y meterse de lleno en la pelea grande por el ascenso directo, a falta de seis jornadas para el cierre de la fase regular de un extenuante torneo de la Primera Nacional.

Así las cosas, en su segundo cotejo consecutivo de local, del raid de tres en fila en el Nuevo Francisco Urbano, Morón dejó hasta la última gota de sudor para vencer a Gimnasia y Esgrima de Mendoza, por primera vez en su historia y por uno a cero, a pesar de la ausencia obligada por suspensión y determinante de Mariano Bíttolo (reemplazado por Emiliano Franco, de buen partido y el "héroe" de la noche del Oeste, por el gol del triunfo), a quien se sumaria el ingreso de Gastón González desde el inicio, en lugar de Juan Manuel Olivares, de excesivo trajín, tras su reciente regreso, luego de su larga convalecencia por una grave lesión ligamentaria en su rodilla.

En los primeros minutos de un partido tenso, por lo mucho en juego, la jerarquía individual del líder zonal impondría sus condiciones en el Nuevo Francisco Urbano, obligando a Morón a replegarse y sufrir el trámite del encuentro, desbordado por los laterales y sometido a un par de zozobras, como en aquella "apilada" de Facundo Lencioni, el hábil "11" de la visita, que de tan zurdo demoraría el remate, en búsqueda de su mejor perfil, permitiendo la cobertura defensiva y el remate desviado sobre el poste izquierdo de Leandro Finochietto.

Sin embargo y cuando el desarrollo le era más adverso al equipo de Walter Otta, de un tiro de esquina desde la izquierda de su ataque, ejecutado por Yair González y desviado de cabeza por un defensor, en primera instancia habría de caerle nuevamente en los pies al "10* del Gallito para habilitar hacia atrás a Joaquín Livera, y el lateral zurdo de Morón, en lo mejor que supo hacer desde su arribo al club, sacaría un centro con "rosca", rumbo al área chica rival y con ventaja para los atacantes, para que en posición de centrodelantero, Emiliano Franco la empujara al gol, ante el delirio de todos, dentro y fuera del campo de juego, para el inesperado 1 a 0 del Gallo, a los 36 minutos de la etapa inicial.

Tras el 1 a 0, el gol aplacaría un poco el ímpetu visitante, a la vez de tranquilizar y ordenar a Morón, yéndose al entretiempo con un ventaja hasta allí inmerecida, pero que justificaría con el correr de los minutos, en el complemento, en base a "overol": sacrificio, solidaridad y despliegue.

Con un par de opciones incluso para ampliar el resultado, a través de un remate a distancia de Pablo Ferreira, en una media vuelta de Ivo Costantino, una inmejorable de Olivares, que habría de resbalarse al momento de sentenciar a Lautaro Petruchi, golero de la visita y una contra de Yair González, con doble remate al arco, el Gallo manejaría los tiempos del partido hasta los '30 de la etapa final, donde entre el cansancio lógico de un Morón que se corrió todo y a todos, y las necesidades del "Lobo" mendocino, le devolverían al líder cuyano el protagonismo de las acciones, convirtiendo en figuras a la última línea local y en especial, a Finochietto, con una atajada fenomenal, tras un tiro de esquina y el cabezazo del ingresado Fermín Antonini, a puro reflejo, para sacarla de entre los "cordones" junto al palo derecho.

El pitazo final de Bruno Amiconi, de correcto arbitraje, al igual que sus asistentes, contra todos los pronósticos, desataría la algarabía dentro y fuera del cada vez más verde césped, de un Morón que "bajó" al líder de la zona, para colocarse tercero con 49 unidades, a tan sólo tres puntos de su vencido en la noche del miércoles.

Ahora, a completar el raid de partidos en "casa", ante otro rival complicado, como Estudiantes de Buenos Aires, el próximo domingo por la noche, para seguir cimentando un estado de ilusión que mantiene en vilo a todo el Oeste.

"Lobo está?"... Se lo comió un Gallo de riña.

#6de9.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.



domingo, 24 de agosto de 2025

"Nos comimos una vaca cruda y nos parece poco..." 🎵

Así como hace una semana, decíamos que Morón había perdido el partido que no debía perder, frente al último, Talleres en Remedios de Escalada, este sábado por la noche, el Gallo ganó el pleito que debía ganar, nada menos que ante Nueva Chicago, en el Nuevo Francisco Urbano.

Luego del cimbronazo inesperado, ante el rival menos pensado, el equipo de Walter Otta tenía la necesidad de recuperarse rápidamente del duro traspié y volver a sumar de a tres, para no perder el "tren" del campeonato, ni complicarse con la clasificación al Reducido, precisamente ante su clásico rival y en "casa", cotejo que siempre involucra un plus emotivo, de envión positivo o negativo, de acuerdo al resultado final.

Y Morón venció sin atenuantes, por segunda vez en el torneo, a un Chicago que prácticamente no lo complicó, pese a no jugar bien, en un partido de pierna fuerte y mucha intensidad, como todo clásico que se precie de tal.

Con las cambios obligados por lesión, de Leandro Finochietto en el arco, por Julio Salvá y de Joaquín Livera como lateral zurdo, en lugar de Emilio Lazza, sumados al regreso de Franco Lorenzón por Matías Cortave, Morón intentó imponer condiciones desde el inicio y asfixió al "Torito" contra su arco, durante los primeros 15' de juego, impidiendo que Chicago pudiese siquiera cruzar la mitad de campo y generando un par de situaciones de riesgo, como aquél remate desde afuera, de Yair González, desviado con esfuerzo por Facundo Ferrero, arquero y capitán de la visita, por arriba del travesaño y un par de minutos más tarde, el mano a mano entre ambos protagonistas, que el "1" de Mataderos le ganara al "10" del Gallito, ingresando al área por izquierda.

Tras ese primer cuarto de hora, Chicago comenzaría a salir del asedio y a equilibrar lentamente las acciones, procurando sorprender con envíos de larga distancia, a una defensa de Morón que no se mostraría segura (en especial por la banda izquierda), mientras que el Gallo apostaría a sumar pases, tal su estilo de siempre, le salgan mejor o peor los intentos.

Más allá de una corrida de Iván Maggi, el "9" de la visita, que sorprendiera mal parada a la última línea de Morón y cara a cara con Finochietto, se encontrara con un rechazo a medias del "1" de Morón, en la noche del sábado, el equipo de Gastón Lotito no complicaría al local en su defensa, pese a contar con un buen partido de Ignacio Rodríguez, el "10" del "Torito", autor del descuento en Mataderos y una vez más, una "pesadilla" para las limitaciones conocidas de Livera.

Ya en el complemento, Morón insistiría con su postura dominante, aunque carente de profundidad, acopiando merecimientos para ponerse en ventaja, más por su predisposición, actitud y búsqueda, que por su lucidez en los metros finales del campo rival, para generar zozobra real en el arco bien defendido por el seguro Ferrero.

Hasta que de tanto ir, con voluntad pero escasas ideas, de un centro desde la izquierda de Mariano Bíttolo, "peinado" por Fabricio Sanguinetti dentro del área, el rechazo de la defensa visitante le quedaría a Juan Manuel Olivares, fuera de la misma, para sacar un remate con efecto y precisión, de empeine diestro, abajo y junto al poste zurdo del arco de Chicago, para poner el 1 a 0 merecido a los '19 del segundo tiempo y hacer delirar a todo el Oeste, y también emocionar con las lágrimas de un "Maravilla" que recién hace pocas fechas volviese al equipo, luego de una larga inactividad de un año, consecuencia de una grave lesión ligamentaria en una de sus rodillas.

De allí y hasta el pitazo final de Felipe Viola, árbitro del partido, de regular desempeño, quedaría tiempo para un gol anulado a Chicago, en el tercer minuto agregado, por una posición adelantada tan fina como polémica.

Morón se recuperó y ganó el partido que debía ganar, nada menos que en el clásico frente a Chicago, en el inicio de un raid de tres encuentros consecutivos de local, con el postergado del miércoles ante el líder, Gimnasia de Mendoza y el choque siempre complicado ante Estudiantes de Buenos Aires, el próximo fin de semana.

"Nos comimos una vaca cruda y nos parece poco"..., diría la Bersuit.

Porque este Gallo va por más.

#3de9.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.


domingo, 17 de agosto de 2025

En la última, perdió con el último

En la última, Morón perdió con el último.

En efecto, en la última "bola", de la tarde en Remedios de Escalada, el Gallo que comenzó ganando, se quedó con las manos vacías frente a Talleres, que lo fue a buscar en el complemento y lo dio vuelta en el agregado, para soñar con permanecer en la categoría.

Una vez más, como otras tantas veces en la historia reciente (y no tanto del Deportivo Morón), se perdió el partido que no debía perderse, por más que dentro de la cancha siempre resultan once contra once y pocas veces importa (o tiene decisiva incidencia) cómo llegan en la previa.

Lo cierto es que Morón cayó en su visita a Escalada, frente al último de su zona, Talleres, que pese a levantar en las últimas fechas, no deja de ser el equipo de peor rendimiento, junto a Defensores Unidos de Zárate, ambos dependiendo de algo más que un "milagro" para no descender a la "B" Metro.

Y por si fuera poco, Morón lo empezó ganando con justicia, a los '33 del primer tiempo, luego de una jugada preparada, del "laboratorio" en la semana de Walter Otta, en la que Juan Manuel Olivares (nuevamente en el once de inicio) amagara con un centro al área, en un tiro libre en tres cuartos rival, y cediera por el centro a Mariano Bíttolo, quien metiera un pase en "cortada" fenomenal para Fabricio Sanguinetti, que en diagonal del centro a la izquierda del área chica, sacara un zurdazo inapelable contra el vértice superior zurdo del arco de Damián Tello, el "1" de Talleres.

En rigor de verdad, dentro de un arbitraje indisimuladamente "localista" de Yamil Possi, quien no tuviera injerencia decisiva en el resultado final del partido, pero que "pitara" todas las "chiquitas" en favor del dueño de casa, en particular durante el segundo tiempo, la posición del uruguayo en el gol del Gallo, desde el ángulo sesgado que ofrecía la televisión por su habitual app, resultó más que fina, y pese a que pareciera partir en la misma línea del último defensor (nobleza obliga, ya que tanta veces nos hemos quejado y con razón, de los "errores" arbitrales en perjuicio de Morón), bien pudo invalidar la acción por posición adelantada, como convalidar el tanto de la ventaja inicial, tal cual lo hiciera.

Tras el uno a cero del Gallito, que guardaba su correlato con el desarrollo del encuentro hasta ese momento, bien pudo aumentar la ventaja el equipo de Otta, que supo manejar los tiempos de aquel primer tiempo y contó con un par de chances para ampliar el marcador, aunque en los instantes finales de la etapa, dejó entrever desacoples defensivos, máxime a partir de la lesión de Emilio Lazza, promediando la primera etapa y su reemplazo por Joaquín Livera, de lo más pobre del equipo, junto a Matías Cortave (reemplazante de Franco Lorenzón), con responsabilidad directa en el tanto del empate local.

Ya en el complemento, el Morón que saldría al campo de juego en Escalada, poco y nada tendría que ver con ese Gallo dominante y en ventaja de los '45 iniciales, resignando protagonismo en beneficio de las necesidades de un Talleres voluntarioso pero limitado, y fundamentalmente, sin la intensidad que lo llevara a ponerse en ventaja y a manejar el trámite, sin ser jamás un dechado de grandes virtudes.

Y así llegaría el empate de Talleres, a los 4 minutos del segundo tiempo, luego de (otra vez, al igual que una semana atrás, en el descuento de Estudiantes de Río Cuarto, en el Oeste), una pelota que nadie pudiese terminar de despejar y la dejaran "viva" en la puerta del área propia, para que una buena asistencia en profundidad con destino a Camilo Viganoni, aprovechando el errático intento de anticipo de Cortave, que no haría otra cosa que dejar solo al "7" local con Julio Salvá, para "puntearla" al gol de la igualdad en Escalada, cuando el partido parecía "a pedir" de Morón, en el entretiempo.

A partir de allí, y como tantas otras veces en la historia reciente (y no tan reciente), el Gallo le daría "vida" a un Talleres que parecía "muerto" (o casi "finado"), durante el primer tiempo, no sólo por la desventaja parcial, sino fundamentalmente dada la ausencia de argumentos futbolísticos para intentar revertir la historia por exclusivo mérito propio y sin "ayuda" ajena.

Y si bien Morón pudo recuperarse con el correr de los minutos e ir en búsqueda de un triunfo necesario para no perder el "tren" del campeonato, generando algunas chances para volver a ponerse en ventaja, también "desnudaría" la endeblez de una defensa, otrora sólida y el punto de partido del buen andar colectivo, con pobres rendimientos de casi toda la defensa, a excepción de Juan Manuel Cabrera y Lazza, mientras estuvo en cancha.

Hasta que Mariano Bíttolo y Pablo Ferreira resultaran reemplazados, ambos al límite de sus posibilidades físicas y resguardados por esa misma razón y en virtud de la seguidilla de futuros compromisos, perdiendo a partir de allí la preeminencia en la zona media y permitiendo que Talleres volviese a sentirse capaz de "lastimar", como lo hiciera en el epílogo del partido.

Y es que, de una pelota que terminaría en gol de Morón, impulsada por Ivo Costantino, pero invalidada por presunta carga contra el arquero local (si se tratase de Gimnasia de Mendoza o de Jujuy, hubiesen sancionado con idéntico criterio?), un mal retroceso de Morón y un pase largo, encontraría a Camilo Viganoni, el autor del empate, con demasiado terreno para correr y mandar el centro, gracias a una sucesión de errores visitantes (el mal cálculo de Franco Vázquez en el cierre por el lateral diestro, Livera que había quedado "anclado" en ofensiva y lejísimo de la jugada, Cortave que "empantanado" en el área chica no llegaría a interceptar el envío, que además superaría a Cabrera, sin relevo alguno a sus espaldas), para que la pelota le quedara en soledad, por el lado opuesto a Leonel Barrios y el "9" local no desperdiciara el "regalo" y la impulsara por debajo del cuerpo de Salvá, para el impensado 2 a 1 de Talleres de Remedios de Escalada, en el tercer minuto agregado de los cinco al tiempo reglamentario.

En definitiva, tres puntos "ganables", más allá que todos los partidos hay que jugarlos y cualquier rival ofrece su resistencia, y que encima se estaban ganando con justicia, al término del primer tiempo, terminaron por convertirse en una derrota dolorosa, que recorta sueños y enciende alarmas de rendimientos individuales que no se hallan a la altura de lo que está en juego.

Ahora llega otro "raid" de tres partidos de local, al igual que al final de la primera rueda, donde el Gallo deberá sumar la mayor cantidad posible de puntos, y si fuera factible los nueve en disputa, para no poner en riesgo su clasificación actual al Reducido y, quien te dice..., volver a ilusionarse con no abandonar la pelea por el primer puesto del grupo.

Por lo pronto, a ganar el duelo con Mataderos, con la plusvalía emocional que conllevan este tipo de partidos clásicos, máxime de local.

Sin margen de error.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


domingo, 10 de agosto de 2025

En carrera

Morón necesitaba imperiosamente volver al triunfo, luego de la derrota con polémica ante Chacarita y el empate en cero frente a Defensores de Belgrano, en el Bajo Núñez, y frente a un rival directo como Estudiantes de Río Cuarto, pudo quedarse con tres puntos necesarios, tras un buen primer tiempo, en el que recuperara la memoria de su mejor versión y un complemento donde, una vez más, se complicó solo y debió sufrir hasta el octavo minuto agregado para el grito de desahogo, ante la menor concurrencia de la temporada, en el Nuevo Francisco Urbano, luego de la sanción del estadio, culpa de los imbéciles de siempre, hace quince días.

Con los regresos de Franco Lorenzón, Pablo Ferreira y Fabricio Sanguinetti, en lugar de Matías Cortave, Emiliano Franco y el suspendido Jonathan Berón, tras su expulsión frente al "Dragón", sumados al retorno desde el inicio, luego de largo tiempo, de Juan Manuel Olivares en lugar de Gastón González, este Morón procuró volver a sus propias "fuentes" futboleras y desde el arranque del cotejo ante el "León del Imperio", apretó a su rival bien arriba, complicándolo en su salida, además de retomar el camino que mayor dividendos le redituara en la presente temporada, esto es, la sumatoria de pases con paciencia y criterio, a partir de la recuperación de Ferreira y el fútbol generado por Olivares, de muy buen primer tiempo y hasta que la "nafta" le dijera "basta", en el complemento, devolviéndole al equipo de Walter Otta la cuota imprescindible de toque y juego asociado, ausente sin aviso en los partidos precedentes.

En este recuperado esquema de presión alta y tenencia del balón, la visita sería incapaz de cruzar siquiera la mitad de cancha, no antes de los quince minutos de inicio el pleito, lapso durante el cual, Morón consiguiera la primera ventaja y la justificaría en el desarrollo.

Así las cosas, con un Sanguinetti de regreso y más parecido al punta punzante de varias fechas atrás, de una triangulación entre el "uruguayo", Olivares y Emilio Lazza, el "6" del Gallo sacaría un centro al punto del penal, donde encontraría la cabeza de Ivo Costantino, para impulsarla con parietal diestro al fondo del arco, con apenas seis minutos del primer tiempo.

De allí en adelante, Morón permitiría que la visita se adelante unos metros, procurando volver a "lastimarlo" de contra, algo que a punto estaría de lograrlo, a los '18 de la primera mitad, con una habilitación de cabeza de Costantino (el más destacado, junto a Olivares y Ferreira, que una vez más saliera lesionado), para dejar mano a mano con el arquero a Yair González, cuyo remate ingresando por el sector derecho del área de Estudiantes de Río Cuarto, no terminaría en el 2 a 0 del Gallito, de no mediar una gran atajada de Brian Olivera, el buen arquero de la visita.

Sin sufrir en propia área, los escasos intentos hilvanados por el "León", el equipo de Otta se iría al descanso con una ventaja mínima, pero justa, que puso haber sido más amplia, de no mediar la referida intervención del "1" riocuartense y un par de situaciones similares (ambas también en los pies de Yair González), una finalizada en gol, pero inhabilitadas por el árbitro asistente, por off side tan "finos" como cuestionables.

Ya en el complemento, Morón propuso mantener su protagonismo, para procurar agrandar la diferencia a su favor, pero también evitar cualquier intento de su rival, de adueñarse del trámite del partido, aunque sin generar situaciones de riesgo claras en ambos arcos, más allá de un centro de Olivares desde la derecha, que ni Costantino en el primer palo, ni Franco Vázquez en el segundo, pudiesen impulsarla al fondo de la red.

A los '30 del segundo tiempo y en un contragolpe que dejaría a Sanguinetti de cara al arco visitante, por el centro del área, Sergio Ojeda, el "6" de la visita, derribaría de una manera indisimulable y hasta grotesca a Costantino, pero el árbitro del encuentro, el debutante Julián Jerez y su asistente, con un "delay" de no menos de un minuto, volvería sobre sus pasos de una jugada posterior en terreno de Morón, para sancionar el evidente penal en favor de Morón, pero obviando la segunda amarilla y consecuente expulsión al autor de la infracción.

Un minuto más tarde y con un remate de zurda, potente y preciso, junto al poste diestro de Olivera, que habría de adivinar el palo de manera infructuosa, Ivo Costantino convertía el segundo de la tarde y el séptimo en la campaña, para convertirse en el goleador del Gallo en la temporada, y darle a Morón una diferencia de 2 a 0, que por entonces parecía tranquilizadora.

Sin embargo, en un Gallo que "si no sufre, no vale", apenas dos minutos más tarde, y tras una pelota que ni Franco, ni Gastón González podrían rechazar en la puerta del área, un buen pase en profundidad dejaría al ingresado Javier Ferreira, de cara a Julio Salvá, para cruzársela al palo más lejano y darle una cuota de dramatismo innecesaria, a un partido que ya parecía definido.

Por si fuera poco, los ocho (??!!) minutos agregados le sumarían aún mayor incertidumbre a la justa victoria del Gallito, que habría de salvarse en la última bola del partido, tras el enésimo centro y el remate defectuoso del lateral derecho, Juan Antonini, que recorrería el área chica, sin que ninguno de sus compañeros pudiese corregir la trayectoria, para perderse afortunadamente demasiado cerca del poste diestro de Salvá, en lo que hubiese sido un empate agónico e injusto de Estudiantes de Río Cuarto.

Con el pitazo final de Julián Jerez, de regular desempeño, el desahogo de un Nuevo Francisco Urbano a medias, repercutiría en la despoblada cabecera local, clausurada, insistimos, por los incidentes de los estúpidos de siempre.

Ahora, a visitar a Talleres en Remedios de Escalada y esperar por otro raid de tres partidos de local, frente a Nueva Chicago, el suspendido ante Gimnasia de Mendoza y Estudiantes de Buenos Aires, que bien pueden definir para qué pelea está este equipo, si la mayor por el primer ascenso o la no menos importante por un lugar en el Reducido.

En carrera.


@elgallogustavo.



             📸: Eduardo Fabián Acuña.