lunes, 26 de mayo de 2025

Empate con "sabor a poco"

Luego del descanso obligado, por el temporal que impidiera disputar el cotejo frente a Colón de Santa Fe, en el Nuevo Francisco Urbano, el Gallo volvió a ser visitante, de Mitre en Santiago del Estero, trayéndose un punto con "sabor a poco", dadas las chances que tuvo Morón para abrir el marcador, incluyendo un penal malogrado por Ivo Costantino, en el cierre de la primera etapa.

Jugando por momentos bien y en otros no tanto, pero siendo superior a su rival, en un escenario siempre esquivo para el Gallito, el equipo de Walter Otta tuvo sus oportunidades y mereció mejor suerte, pero una vez más falló en la definición, lo que le impidiera volverse al Oeste con tres puntos del interior, una de las grandes asignaturas pendientes del Deportivo Morón, a lo largo de su historia en la Primera Nacional.

Con tres cambios respecto de su último partido, en el empate a uno con Temperley en Turdera, esto es, los ingresos de Gerónimo Ulibarri (tras larga ausencia y de buen partido) y Emiliano Franco, por los suspendidos Juan Manuel Cabrera y Santiago Kubiszyn, y de Emilio Lazza en reemplazo de Nahuel Zárate, quien rescindió su vínculo con la institución, tras rechazar la Corte Suprema, el recurso de queja interpuesto por su defensa y con ello, quedar en firme la condena a cinco años de prisión, por un siniestro de tránsito en el que perdieran la vida dos personas, Morón debería reconfigurar su defensa, que salía casi de memoria y venía rindiendo con creces y además, demostrar que la situación de Zárate, conocida desde la firma de su contrato, no impactaría en un grupo cuya consolidación se venía manifestando dentro del campo de juego.

Desde el comienzo del pleito, en Santiago del Estero, Morón procuraría manejar el balón y asumir el protagonismo desde el minuto cero, aunque sin generar peligro en el arco de Mitre, mientras que el local, obligado a jugar de contra, contaría con una chance muy clara, a los 10' de juego, a partir de una buena incursión por derecha de su número "10", Santiago Rosales, y que ante la salida de Julio Salvá, habilitaría por el centro al "7", Axel Batista, cuyo remate de primera impactaría en la base del poste zurdo, para luego perderse fuera del campo del juego.

Tras este primer sofocón del Gallo en su defensa, una de las escasas jugadas bien hilvanadas por la ofensiva de Mitre, Morón ajustaría las marcas, sin resignar por ello el protagonismo, monopolizando la pelota, pero fallando en el pase final, ese que le permitiese colocar a uno de sus delanteros de cara al arquero local.

Cuando la primera mitad se extinguía casi sin emociones por ambos lados, de un tiro de esquina desde la derecha, a cargo de Yair González, sobre el sector opuesto, Facundo Wiechniak, primer marcador central santiagueño, tomaría a Ivo Costantino en el área, hasta hacerlo caer, ante la vista de Fabrizio Llobet, árbitro del partido, que sorprendería con la sanción del penal, dada su tradicional característica de arbitraje "localista", máxime en las provincia y en plazas "políticamente" complicadas como Santiago del Estero.

Así las cosas, en tiempo cumplido del primer tiempo, Morón tenía la chance de ponerse en ventaja y darle mayor merecimiento a un empate a cero, "amarrete" para el mejor desempeño del Gallo, pero el remate rasante y anunciado del propio Costantino, sobre el poste izquierdo del arquero, no haría otra cosa que destacar la figura del joven arquero local, Luciano Jachfe, que evitaría la apertura del marcador, adivinando las intenciones del "9" visitante y privando a la visita de irse al descanso con una ventaja justificada.

Ya en el complemento, Morón no permitiría la reacción anímica de su rival y lejos de "quedarse", presionaría aún más por el desnivel a su favor, contando con otra chance muy clara, esta vez en los pies de Yair González, con una buena acción individual, ingresando desde la izquierda y recortando hacia el centro, para sacar un derechazo apenas ancho, junto al "caño" derecho del "1" de Mitre.

Con el correr de los minutos, el local emparejaría las acciones, con más ganas que fútbol y le robaría a la visita el rol de protagonista, aunque sin generar riesgo alguno al arco de Salvá, más allá de una acción que terminaría en gol, pero finalmente anulada por una clara posición adelantada de Lucas Ríos, el "9" de Mitre, autor del cabezazo que terminaría dentro del arco, invalidada de manera correcta por Fabrizio Llobet.

En el arco de enfrente y ya plantado de contra, el Gallito contaría con otra opción inmejorable para abrir el marcador, con una gran jugada por derecha de Pablo Ferreira (el más destacado de Morón y del partido), cuyo centro al área, dejado pasar por Costantino, caería en los pies de Iván Vaquero, ingresando solo por el sector opuesto, que con el arco desguarnecido y con todo a su favor para gritar la apertura del marcador, su remate de zurda con destino de red, encontraría la pierna salvadora de Facundo Wiechniak, en la línea de gol, para salvar a Mitre una vez más.

De allí y hasta el pitazo final del árbitro, el partido se "rompería", con la pretensión en ambos de llevarse el triunfo, ya sin medios y con escaso resto físico para torcer el rumbo de un empate sin abrir el marcador.

En la previa y en el caso de Morón, llevarse un punto de Santiago no resultaba para nada un "mal negocio", aunque dadas las chances malogradas, entre ellas, el penal a favor, en el epílogo del primer tiempo, terminó por resultar con "sabor a poco", puesto que el equipo de Otta mereció y debió traerse la victoria, pero una vez más la falta de contundencia lo privó de un mejor resultado.

Ahora, llega una seguidilla de tres cotejos de local (Chaco For Ever, el suspendido frente a Colón y la primera fecha de la segunda rueda, ante Almirante Brown), para "hacerse fuerte" en el Nuevo Francisco Urbano, afianzarse en puestos de Reducido y por qué no, acercarse a la punta de la Zona "B".

Pero, "paso a paso".

1 de 3.


@elgallogustavo.




      📸: Mitre (SdE).



lunes, 12 de mayo de 2025

Punto que suma, afianza y confirma

El Gallo "sacó pecho" en Turdera y sacó adelante un partido complicado frente a Temperley, para llevarse un punto valioso del Sur del Gran Buenos Aires, a pesar de jugar con un jugador de menos todo el segundo tiempo.

En efecto, frente a un rival con individuales de jerarquía y en un escenario reducido y siempre esquivo (tanto es así, que Morón no gana allí desde 2010), el equipo de Walter Otta en otra muestra de carácter, supo sobreponerse a un arbitraje lamentable de Felipe Viola y de su asistente número uno, Ariel Scime, que ente ambos convalidaron un gol viciado de nulidad, a cargo de Fernando Brandán, a los 40 de la etapa inicial, luego de una pelota "peinada" por el "Animal" Luis López, que Brandan, no menos de un metro por delante de la línea del último defensor visitante, aprovecharía el grosero error del dúo arbitral para definir con calidad, con efecto al segundo palo de Julio Salvá, para adelantar al "Gasolero" en el marcador, en un partido parejo y de supremacía repartida, hasta ese momento.

Por si fuera poco, a los 48' de la misma primera mitad, Santiago Kubiszyn, que estaba teniendo un buen desempeño, llegó a destiempo a disputar una pelota con Adrián Aguirre, el volante central y capitán local, provocando un contacto que el experimentado futbolista "Celeste" exageraría sin pudor, determinando la expulsión por roja directa al "8" de Morón, mitad por nerviosismo propio (agudizado por saberse perjudicado en la jugada del gol de Temperley) y mitad por las artimañas de un Arregui que se pasó todo el partido hablándole al árbitro y tratando de "sacar" a los rivales, en especial a los más jóvenes, como Yair González, Pablo Ferreira y el propio Kubiszyn.

Como quedara dicho, con el regreso de Julio Salvá al arco, tras recuperarse de un desgarro, en lugar de Leandro Finochietto, que respondiera de gran manera en todos los partidos en que le tocó reemplazarlo y el retorno de Franco Lorenzón a la zaga, tras purgar la fecha de suspensión, por su expulsión en Caseros, en sustitución de Emilio Lazza, Morón comenzó mejor el duelo en Turdera, quitándole la pelota a Temperley y siendo "vertical" en ofensiva, generando algunas situaciones de riesgo, frente al arco defendido por Ezequiel Mastrolía, el mismo que el 6 de junio de 2017, atajara para Platense, en la consagración del Morón campeón de Walter Otta en la Primera "B" Metropolitana, con el inolvidable triunfo por 2 a 1 en un Nuevo Francisco Urbano "explotado" de público.

Con el correr de los minutos y más por empuje que por buen juego, el local habría de emparejar el trámite del partido, aunque sin generar peligro en el arco defendido por Salvá.

Hasta que a los 40' del primer tiempo, el gol en claro off side cambiaría el curso de las cosas y ni hablar, con la roja a Kubiszyn, en el tercer y último minuto agregado al tiempo reglamentario.

Ya en el complemento, antes de los diez minutos de la segunda etapa, Otta mandaría al campo de juego, en inmejorables condiciones del "Alfredo Beranger", a Emiliano Franco en lugar de Yair González, Gastón González por Mariano Bíttolo y a Facundo Báez en lugar de Fabricio Sanguinetti, sin tanta gravitación, en un escenario de dimensiones más reducidas, para poder explotar su velocidad por las bandas.

Precisamente, el juvenil Facundo Báez resultaría fundamental para que Morón lograse el empate, que incluso hasta pudo ser triunfo, puesto que sería un factor determinante para desequilibrar a la defensa de Temperley, tanto sea en función ofensiva, como unos metros más retrasado, en rol de "lanzador" para las corridas o los "pivoteos" de Ivo Costantino, una vez más, de buen partido y ganando todas las pelotas en la "cancha de arriba", además del gol y un remate "a quemarropa", bien resuelto por Mastrolía.

En uno de esos intentos, de un tiro de esquina desde la derecha del ataque visitante, Franco Lorenzón peinaría el balón, en medio de un entrevero de jugadores en el área, más propio de un maul de rugby que de una acción futbolera, para que la pelota le quedara a Juan Manuel Cabrera, apareado y sujeto de todos lados por su marcador en el área chica, pero que aún así sería capaz de tocarla apenas de zurda, en un remate que parecía perderse junto al poste izquierdo del arquero, hasta que apareciera el "9", Ivo Costantino, sólo entre tantos agarrones a la vista del árbitro, para corregir la trayectoria del balón y empujarla al merecido y festejado gol del empate del Gallito, a los 28 minutos del segundo tiempo.

Y como dijimos, hasta pudo ganarlo, con una pelota bien ganada y defendida en el medio por Facundo Báez, que habilitaría de gran forma a Gastón González, en una contra letal y con la defensa local mal parada, pero Gastón González se apuntaría y no definiría bien ante el "achique" de Mastrolía, para quedarse con una pelota fundamental, cuando además, por izquierda, llegaba solo y sin marcas, Costantino para empujarla una vez más al fondo de la red.

Y también lo tuvo el mismo Báez, en otro contragolpe punzante y bien hilvanado, pero en este caso, sin posibilidad de pase claro, optaría por definir desde afuera y de emboquillada, pero el balón se iría apenas ancho por sobre el travesaño.

Temperley, por su parte, también tendría un par de ocasiones claras, la primera en una entrada franca de Brandan, por el centro del área y su remate de "cachetada" se iría al lado del poste diestro de Salvá (cuando el partido todavía lo ganaba el local) y una salvada providencial de Nahuel Zárate, en el área chica, tras un centro "envenenado" desde la izquierda, a cargo del ingresado Gabriel Esparza.

Con el pitazo final de Felipe Viola y las quejas de ambos lados, pero en especial de Morón, que además de Kubiszyn, minutos después del gol en off side local, Félix Benito también resultaría expulsado, el Gallo se quedaría con un "puntazo", pese a la bronca lógica del momento, por el rival, el escenario y fundamentalmente, por cómo se dio el partido, con la desventaja en posición adelantada y el tener que afrontar todo el segundo tiempo, abajo en el resultado y con un jugador menos.

Otra prueba de carácter para un equipo que se va consolidando partido tras partido y que demuestra entereza para sobrellevar momentos desfavorables y situaciones de injusticia futbolera.

Ahora, es tiempo de recibir a Colón de Santa Fe, en el Oeste, que no llega en su mejor momento, ni mucho menos, pero que pese a ello, no deja de ser una buena medida, con individuales de gran jerarquía.

Punto que suma, afianza y confirma.


@elgallogustavo.



       📸: Deportivo Morón.


domingo, 4 de mayo de 2025

Ganó, gustó, goleó e lusiona

Morón apabulló a Defensores Unidos de Zárate, en el Nuevo Francisco Urbano, con un 4 a 0 que incluso le quedó "corto" en el resultado, para hilvanar su cuarto triunfo consecutivo y encaramarse en los primeros puestos de su zona, con otra actuación sobresaliente que invita a soñar en grande.

Con dos modificaciones en el once de inicio, respecto del equipo que saltara al "Ciudad de Caseros", hace una semana, con la ausencia obligada de Franco Lorenzón (expulsado ante Estudiantes), reemplazado por Emilio Lazza y el retorno de Yair González (quien viera la roja en Mataderos), en lugar de Lautaro Disanto, el equipo de Walter Otta pudo sacar una rápida ventaja para acomodar el partido a sus necesidades y no darle margen alguno al CADU de Felipe de La Riva, de sorprender al Gallo con alguna contra, en el amanecer del juego.

En efecto, con apenas seis minutos en el reloj, Fabricio Sanguinetti armó un jugadón por la derecha, recibiendo el pase en profundidad, controlando el balón y emprendiendo una carrera para sacarle dos metros de ventaja a Facundo Laumann, el primer zaguero central visitante, incursionando con pelota dominada dentro del área y ante la salida del arquero, tocarla con categoría junto al palo diestro, para darle la primera ventaja al Gallo, cuando poco y nada había pasado en el desarrollo del cotejo.

Por si fuera poco, para un Defensores Unidos con escasos recursos, la temprana expulsión de su lateral zurdo, Facundo Rassol, por doble amarilla, terminaría de "sepultar" las escasas chances de equilibrar el juego y el resultado, de un CADU que apenas lograría llevar algo de riesgo al arco de un muy tranquilo Leandro Finochietto, casi en el cierre del primer tiempo.

Con la tranquilidad de la diferencia a su favor, Morón comenzaría, primero, a justificar la ventaja y con el correr de los minutos, directamente a jugar a voluntad, haciendo correr el balón a la ancho del campo de juego, sumando pases y tomando el control absoluto del desarrollo, que por muchos momentos resultara abrumador para un Defensores Unidos impotente y espectador de lujo de un Gallo que le iría propinando un "baile" pocas veces visto.

En ese contexto, era de esperar que, cuando se lo propusiera y afinara la puntería, un equipo de Walter Otta que jugaba a voluntad, lograría ampliar el resultado, algo que finalmente se produciría a los 32' del primer tiempo, a partir de otra excelente triangulación entre Iván Vaquero, Sanguinetti y Mariano Bíttolo, una vez más de gran partido, para que el capitán de Morón, haciendo equilibrio sobre el ángulo del córner izquierdo y con la marca encima, habilitara a Emiliano Franco, fuera del área, para que sacara un remate de derecha que, previo rebote en Agustín Osinaga, el segundo zaguero central de la visita, descolocara al arquero, para el 2 a 0 del Gallo, en una noche que ya asomaba de festejo para el público moronense.

El mismo Franco, otro de buen partido, que había ingresado minutos antes en lugar del lesionado Pablo Ferreira, pudo ampliar el marcador antes del cierre de la primera etapa, cuando rematase dentro del área, con el arco desguarnecido, pero Facundo Laumann evitara el gol sobre la línea, y en el rebote, Alejando Sánchez, arquero del "Celeste" de Zárate, le "ahogara" el tercer grito a Juan Manuel Cabrera, una vez más en el podio de los más destacados, dentro de un rendimiento individual superlativo y sin puntos bajos.

Ya en el complemento, Morón se tomaría un "respiro" en su intensidad, en los minutos iniciales, algo que aprovecharía Defensores Unidos para intentar hacerse de la pelota e incluso ir en búsqueda del descuento, que lo retornase al partido, pero a los 10' de la etapa final, otra buena jugada individual del uruguayo Sanguinetti, desbordando sobre la banda izquierda, le permitiría a Ivo Costantino, ingresando por el palo opuesto, empujar la pelota al tercer tanto del Gallo, para clausurar cualquier atisbo de recuperación en la visita, con muchísimo partido por delante.

Y cuatro minutos más tarde, a los 14' del segundo tiempo, luego de una gran acción colectiva, con infinidad de pases y paciencia para encontrar al compañero desmarcado, un excelente pase de Emiliano Franco dejaría solo a Mariano Bíttolo, de cara al arco, ingresando por el vértice izquierdo del área grande, para sacar un remate esquinado y preciso, contra el poste zurdo del arquero, para que el capitán del Gallo festeje su primer tanto con esta camiseta y el Oeste delire con un 4 a 0 más ajustado a las enormes diferencias entre uno y otro equipo dentro del campo de juego.

De allí y hasta el final, aún regulando el esfuerzo y con varios cambios, Morón pudo ampliar aún más el resultado, con un par de remates de Yair González y más tarde, a través de un par de situaciones claras en los pies del ingresado Renzo Reynaga, la segunda, impedida por una gran reacción del "1" visitante.

Con el pitazo final de un correcto Wenceslao Meneses, árbitro debutante absoluto en la categoría, el equipo de Walter Otta confirmaría todo lo bueno evidenciado en su raid fuera de casa, con sus resonantes triunfos en Mataderos y Caseros, para redondear otra actuación sobresaliente, apabullando a Defensores Unidos y consiguiendo lo que muchas veces, parece fácil en la previa y complicado en el terreno: marcar las claras diferencias entre uno y otro contendiente, con contundencia y sin dejar duda alguna, a partir de un juego de alto vuelo.

Ahora será tiempo de visitar a otro "Celeste", para procurar romper otra racha adversa de varias años sin triunfos, frente a Temperley en el "Alfredo Beranger", a quien no se le gana desde 2010.

Con la moral a pleno y la ilusión como estandarte.


@elgallogustavo.



       📸: Eduardo Fabián Acuña.


domingo, 27 de abril de 2025

En la "batalla de Caseros", el Gallo hizo historia

Y en otra prueba de carácter, el Morón de Walter Otta hilvanó su tercer triunfo en fila, con una gran victoria frente a un rival siempre difícil, como Estudiantes de Buenos Aires, en un reducto históricamente complicado, como lo es el "Ciudad de Caseros", donde no se imponía desde hacía 17 años, más precisamente desde el 10 de octubre de 2008, en el triunfo también por la mínima, con gol de (quién otro podría ser?), el eterno Damián Emilio Akerman.

En un partido donde no pudo repetir la brillante exhibición del primer tiempo frente a Nueva Chicago, de hace una semana, en el "República de Mataderos", por la diferencia de jerarquía entre rivales, pero fundamentalmente porque Estudiantes de Buenos Aires le "robó" la pelota al Gallo y Morón debió resignar tenencia, pero no protagonismo y ganas de quedarse con los tres puntos, el Gallo supo cerrarse bien en su campo y aprovechar el contragolpe para "lastimar" a su rival, tal como ocurriría en la gran acción que definiría el rumbo final de un encuentro parejo y disputado, como cada vez que se encuentran Morón y el "Pincha" de Caseros.

Con la única modificación obligada de Lautaro Disanto en lugar del suspendido Yair González, expulsado en Mataderos, el Gallo se plantó mejor en los minutos iniciales del cotejo, procurando repetir la presión alta que tan buenos dividendos le diera ante el "Torito", pero en este caso, se encontraría con un Estudiantes bien trabajado por el "Lobo" Andrés Montenegro y sin fisuras en la salida de su última línea.

Con el paso de los minutos, el "Pincha" comenzaría a manejar el balón en el medio y a ganar la "batalla" de los rebotes y las "segundas pelotas" en el mediocampo, con una labor despareja de los medios visitantes: a otro muy buen partido de Pablo Ferreira, en franco crecimiento y retorno a su mejor nivel, como contrapartida, un Santiago Kubiszyn sacrificado, pero nuevamente errático e impreciso en algunos pases, pese a mejorar sustancialmente en el segundo tiempo de un encuentro "caliente", cuando había que poner la pelota bajo la "suela" y defender el resultado a favor, desde la tenencia y si es posible, mejor en campo ajeno.

En un primer tiempo casi sin situaciones frente a los arcos, los más peligroso del local sería su centrodelantero, Darío Rostagno, de interesantes movimientos y difícil de marcar, por contextura física y dotes técnicas, tanto es así que además de provocar la amonestación de casi toda la defensa del Gallo (en esa primera etapa, ya habían quedado condicionados Franco Lorenzón y Nahuel Zárate, a quienes se sumaría el capitán, Mariano Bíttolo) y generar la acción individual más peligrosa de los 45' iniciales, con una media vuelta y una remate al arco, bien contenido por Leandro Finochietto, una vez más, sólido cada vez que los llamaran a intervenir.

Por el lado de Morón, apenas un desborde de Fabricio Sanguinetti por izquierda, que Ivo Costantino estuviese a centímetros de conectar, en el área chica, puede contabilizarse como la jugada visitante de mayor riesgo, dentro de un desarrollo más peleado que jugado.

Ya en el complemento, Estudiantes sorprendería con otra acción peligrosa, en el amanecer de la etapa final y pese a mantener el control de las acciones, a partir del monopolio de la pelota, no preocuparía demasiado a la segura defensa del Gallo, más allá de algún centro cruzado, que generara de las pocas dudas evidenciadas por la última línea visitante, con un parejo nivel de sus laterales y zagueros (Juan Manuel Cabrera sacó todo, de arriba y de abajo), pero con el destacado de Nahuel Zárate, precisamente un ex "Pincha" de Caseros.

Hasta que a los 17 minutos del segundo tiempo, de un ataque local bien controlado, en la "medialuna" del área de Morón, Mariano Bíttolo sacaría un pase fenomenal, propio de un jugador de su jerarquía, para que la categoría de otro, como Fabricio Damián Sanguinetti, hiciera el resto, con una corrida implacable para dejar atrás a su marca y ante la salida apresurada de Matías Budiño, la "picara" por encima del arquero, con enorme clase desde afuera del área, para enviarla de "emboquillada" y con precisión "quirúrgica" rumbo al golazo de Morón, una auténtica "obra de arte" en dos toques magistrales.

Con la diferencia a su favor, Morón permitió que la desesperación de Estudiantes manejara el balón, acercando alguna acción de peligro, más en lo potencial que en lo real, mientras  que el Gallo tuvo dos muy claras, con diferencia de un par de minutos, primero con un desborde de Costantino por izquierda, que un defensor local, apenas alcanzara a "puntear" el centro, cuando el uruguayo Sanguinetti se aprestaba a gritar el segundo gol y luego, con una buena jugada de la misma banda zurda hacia adentro, a partir de otro bien partido de Iván Vaquero, que finalizaría con un remate apenas desviado de Kubiszyn.

A los 25' de la etapa complementaria, primero el "Pincha" se quedaría con diez, por un "patadón" de Santiago Briñole, el "cinco" de Caseros en perjuicio de Pablo Ferreira y después, a los 34' del segundo tiempo, una vez más el Gallo terminaría con uno menos, en esta ocasión por la expulsión por doble amonestación de Franco Lorenzón, que debió sujetar con sus brazos al "9" local, intratable cada vez que recibió de espaldas y pretendió darse vuelta rumbo al arco de Morón.

Más allá de alguna pelota parada, el equipo de Walter Otta no sufriría el final del partido, con el pitazo final de Ariel Penel, de correcto arbitraje, para que los tres puntos viajaran a Morón, luego de 17 años sin alegrías en el "Ciudad de Caseros".

Al cabo de un "raid" futbolero harto complicado, por lo menos en la previa, con dos cotejos de visitante, nada menos que en Mataderos y Caseros, el Gallo consolidó la evolución demostrada en la goleada precedente ante Talleres de Remedios de Escalada, para sumar tres triunfo al hilo, acomodarse en zona de Reducido y lo más importante, aún con tanto torneo por delante: demostrar y demostrarse que, jugando un partido brillante y otro regular, cuenta con el rendimiento colectivo y la calidad individual para pelear e ilusionarse.

En la "batalla de Caseros", el Gallo hizo historia.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.


lunes, 21 de abril de 2025

"Gallazo" en rodeo ajeno

Morón apabulló a Chicago en Mataderos, en especial, con un primer tiempo para atesorar en la retina por siempre, donde debió irse al descanso con una diferencia de cuatro o cinco goles, y no terminar permitiendo que el local se metiese en partido, a falta de tres minutos para cumplirse el tiempo agregado, en una "chapa" final de 2 a 1 para el Gallito, que poco y nada tiene que ver con las enormes diferencias tácticas y de funcionamiento individual y colectivo, entre unos y otros, al cabo de 97' donde no existieron equivalencias reales.

Y es que, si bien el Gallo se trajo un triunfazo de Mataderos, imponiéndose tras 27 años (desde aquél lejano 1998, también con victoria 2 a 1, con los goles de Krikorian y el "Loro" Leiva), el equipo de Walter Otta no mereció ganar por un resultado tan exiguo, en un partido brillante que lo tuvo como único protagonista, "borrando" a su rival de la cancha, para marcar una diferencia pocas veces vista en décadas de clásicos entre Morón y Nueva Chicago, en cualquier torneo y condición.

Con las modificaciones de Pablo Ferreira en lugar de Matías Ballini y de Fabricio Sanguinetti en reemplazo de Jonathan Berón, Morón salió a imponer condiciones en el "República de Mataderos", desde el inicio, presionando alto al dueño de casa, para generar el error, tanto es así que la primera jugada de peligro, en favor de Morón, se registraría antes de los dos minutos de juego, con un tiro libre desde la derecha, que en principio pareció penal en perjuicio de Yair González (luego la repetición confirmaría la sanción a centímetros de la línea de cal), con una gran ejecución de Mariano Bíttolo, que Facundo Ferrero, arquero del "Torito", apenas alcanzaría a "rasguñar" para que pegaste en el palo y salvara por primera vez a Chicago, en una acción de inicio que marcaría la tendencia futura del encuentro.

En un primer tiempo de altísimo nivel, como hacía tiempo no veíamos en Morón (tal vez, desde el 2017, también con Walter Otta en el banco, pero en la "B" Metropolitana), el Gallo apabulló a su rival y lo "borró" de la cancha, marcando diferencias siderales en todas las líneas y las facetas del juego, con una intensidad insoportable para su clásico rival, con un juego asociado admirable y rendimientos individuales que, en ningún caso, bajaron de los siete puntos.

En ese contexto, de domino absoluto y a voluntad, ante un Chicago confundido, errático a impotente ante la superioridad de la visita, Morón generó no menos de cinco o seis jugadas clarísimas de gol, sólo en un tiempo, algunas increíblemente marradas a metros de la línea de gol, por falta de puntería y en otras, por un puñado de buenas respuestas del golero local, la única figura destacable en un Nueva Chicago "partenaire" de su clásico visitante, y que al cabo de los primeros 45' terminaría "apenas" 2 a 0 en favor del Gallo, por esa falta de contundencia que arrastra desde el comienzo del torneo y que no le permitiera sumar algunos puntos más en la tabla, de acuerdo a los merecimientos y las opciones de gol generadas (y desperdiciadas) en partidos anteriores.

Así las cosas, cuando el equipo de Walter Otta ya merecía convertir el tercero, antes que el primero de la tarde en Mataderos, una gran proyección de Iván Vaquero por la izquierda, 'pared" incluida con Fabricio Sanguinetti, terminaría con un buen remate al primer palo del lateral zurdo de Morón, generando la respuesta del arquero y un rechazo corto de un ex Morón, Emiliano Méndez, para que la pelota la quedara a Yair González y sorprendiendo con un derechazo al mismo palo, esta vez el "10" de Morón no fallase para empezar a poner en sintonía la superioridad abrumadora en el juego, con el resultado parcial del partido, a los 21' minutos de la primera etapa.

Mientras Fabricio Sanguinetti se transformaba en la gran figura de la tarde, intratable para la defensa local y ganando a voluntad todos los "mano a mano", tanto por derecha como por izquierda, precisamente de una corrida del uruguayo, nacería el segundo gol visitante, tras el centro al punto del penal y la aparición "fantasmal" de Ivo Costantino, para empujarla al 2 a 0, a los 38' del primer tiempo, reivindicar al "9" de Morón con la red rival, luego de perderse un tanto increíble cinco minutos antes y fundamentalmente, empezar a relacionar de manera más justa, trámite y resultado, ante un Morón que estaba sometiendo a un auténtico "baile" a Nueva Chicago, ante su público, sin exagerar ni un poco en las valoraciones y los adjetivos.

Ya en el complemento, Morón permitió que el local intentase remontar la cuesta de su impotencia, más por fervor que por ideas, mientras el Gallo regulaba el trámite y se aprestaba a asestar el tiro de gracia, con alguna contra bien hilvanada o producto de los errores de la desesperación ajena.

Pero en ese segundo tiempo, más allá de dos o tres acciones de peligro, el Gallito no podría repetir la magnífica performance de los 45' iniciales, aunque tampoco sufriría el desarrollo en el arco propio.

Aunque, en los minutos finales, un poco por quedarse una vez más con diez, por tercera vez en una clásico (Berón con Almirante y Costantino ante Chacarita) y quinta en once jornadas a la fecha, por una doble amarilla evitable de Yair González (Javier Delbarba, árbitro del encuentro, pretendía que Yair se vaya del campo para que ingrese su reemplazo, Franco Disanto, por la línea lateral opuesta al banco de los suplentes y ante la negativa del "7" de Morón, se ganase la segunda amarilla y con ella la expulsión, a falta de diez minutos para el final) y por el blooper entre los centrales visitantes, que se chocaron entre sí y permitieron increíblemente que Ignacio Rodríguez se encuentre con un descuento impensado, en el segundo minuto agregado, pusieron en duda sólo desde lo numérico y por algunos escasos instantes, un triunfazo que jamás estuvo en discusión desde el trámite del partido y que debió haberse consumado por tres o cuatro goles de diferencia.

Morón se regaló y nos obsequió una actuación inolvidable, en uno de esos encuentros especiales que pueden resultar un punto de inflexión para el resto del campeonato.

Jugando así, está claro que este Gallo es cosa sería, como aparentó en el "amanecer" del certamen y luego se desdibujara inexplicablemente con el paso de los fechas siguientes.

Ahora queda conseguir algo de regularidad de cotejo a cotejo e incluso dentro de cada partido, en el rendimiento entre primeros y segundos tiempos, para confirmar todo lo bueno demostrado en Mataderos, pero sin sufrir injustamente un resultado, por su falta de contundencia, otro asterisco a mejorar.

Por lo pronto, toca visitar Caseros, otro desafío a la medida para empezar a saber, qué esperar de este equipo, que "barrió" y "bailó" a Chicago a domicilio, pese a lo escueto del 2 a 1 final.

"Gallazo" en rodeo ajeno.


@elgallogustavo.



      📸: Deportivo Morón.


lunes, 14 de abril de 2025

Ganó, goleó y espera por Chicago

Morón necesitaba ganar, de manera imprescindible, primero, para dejar atrás la pálida imagen del complemento frente a Estudiantes de Río Cuarto y, segundo, porque enfrente estaba Talleres de Remedios de Escalada, a la fecha, uno de los rivales más flojos de la competencia.

Y si se podía ganar por más de un gol, mucho mejor y ni hablar, si uno o más de esos tantos, fueran convertidos por los delanteros, "zapateros" en las redes ajenas, hasta la jornada del último domingo.

Y por primera vez en el presente torneo, el partido se dio a la medida de las necesidades de Morón, porque pudo volver a sumar de a tres, como objetivo principal y encima marcar una diferencia de tres goles, dos de ellos, autoría de sus puntas, Ivo Costantino y Jonathan Berón.

Precisamente, con el retorno a la titularidad de Costantino, en reemplazo de Renzo Reynaga, respecto del once inicial en Córdoba, en los minutos iniciales del partido, el Gallo intentó presionar alto a su rival y "ahogar" a la visita contra su arco, algo que logró y generó una tríada de jugadas polémicas, apenas iniciado el pleito, todas favorable a Morón, por supuestos penales, dos de los cuales parecieron más que "cobrables", salvo para la interpretación de un árbitro siempre controvertido como Adrián Franklin.

Pasados esos primeros 15' de "asfixia" del local, de a poco, Talleres comenzó a "hacer pie" en el partido, propiciando incluso un par de ocasiones de riesgo para el arco de Leandro Finochietto, que una vez más respondería con acierto, las veces que lo llamaran a intervenir, como en aquél tiro libre de un ex Morón, Norberto "Cholo" Palmieri, que el "1" del Gallo desviaría por encima del travesaño.

Tal vez en el mejor momento del visitante, llegaría la apertura del marcador y el esperado desahogo para el público del Gallo: Ivo Costantino bajaría una balón en la puerta del área grande y al darse vuelta para quedar de cara al arquero, un agarrón de su defensor lo mandaría al piso, no quedándole más "remedio" a Franklin que sancionar el penal, que había obviado, por duplicado, en los minutos iniciales, con una mano dentro del área y una infracción sobre Jonathan Berón.

Ausente Gastón González, el responsable de hacerse cargo del tiro desde los doce pasos, resultaría el propio Costantino, que a los 26' del primer tiempo y con un remate seco, fuerte y esquinado, hacia la derecha del arquero, que se jugaría por su poste opuesto, pondría en justificada ventaja a Moron, que más allá de esos minutos en que permitiera alguna respuesta de Talleres, había sido mejor que su rival.

Y hasta incluso pudo ampliar la diferencia, con otra infracción dentro del área contra Iván Vaquero, una vez más, no cobrada por Franklin (ya dos penales eran demasiado, para un árbitro "localistas" en ciertas plazas tradicionales, pero del interior) y algún remate desviado o despejado por Damián Tello, arquero de la visita.

En el complemento, el partido seguiría dándole señales positivas a las necesidades de Morón, porque antes del minuto de reiniciado el juego (diríamos que antes incluso de los 30 segundos), Jonathan Berón "clavaría" un golazo desde afuera del área, con una acción que intentara en varias ocasiones, en cotejos anteriores y que en la tarde de domingo del Nuevo Francisco Urbano, esta vez sí, terminaría de la manera deseada: "recorte" de la izquierda al medio y tras hallar el "hueco", sacaría un derechazo inapelable que, a ras de piso y tras picarle casi en las "narices" a Tello, terminaría en el fondo de la red, junto al poste zurdo, para el 2 a 0 de Morón en el "amanecer" del segundo tiempo.

De allí en adelante, los de Escalada, dirigidos por Martín Rolón, procurarían alguna rápida reacción, para meterse en partido, pero en el corto lapso en que consiguieran dominar las acciones, apenas si generarían otra buena intervención de Finochietto, con otro desvío sobre el travesaño y una vez más, la solvente y sólida labor de Franco Lorenzón, que sacó todo lo que le "tiraron", pese a jugar con la presión de una amonestación en el comienzo del pleito.

Con buenas actuaciones de Matías Ballini en el mediocampo, de Iván Vaquero, tanto en faz defensiva como sumándose al ataque, en su partido más consistente en estas diez fechas y las versiones muy mejoradas de los autores de los tantos, Costantino y Berón, quedaba claro que cuando se lo propusiera y ajustara la precisión del último pase, Morón lo definiría con un tercer gol.

Y lo tuvo Santiago Kubiszyn, ingresando sólo por el medio, luego de una buena acción individual por izquierda, de Yair González, pero su remate con el arco a disposición, se estrellaría contra el poste zurdo, hasta que en el quinto minuto agregado, de un buen tiro libre desde la derecha, del debutante Valentino Huertas (de movimientos más que interesantes en sus 15' de presentación), Reinaga no podría dominarla en el primer palo, pero la impulsaría para la cabeza de Emiliano Franco (otra vez, de buen ingreso, viniendo desde el banco), sobre el poste opuesto, para sellar el 3 a 0 y la algarabía de un Morón, que necesitaba un triunfo y de estas características.

Más en vísperas del clásico con Nueva Chicago, del próximo domingo, en Mataderos, otra ocasión especial para confirmar lo bueno y empezar a evidenciar la regularidad tan esperada.

Morón volvió a ganar y por primera vez en diez jornadas, mostró la contundencia que precisaba.

Es la hora de regalarse un buen triunfo "clásico".


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lunes, 7 de abril de 2025

Que se "contagien" dentro de la cancha

Morón volvió a perder y sigue sin encontrar el rumbo.

Casi en el epílogo, en una reducto siempre esquivo y un rival complicado, con arbitrajes localistas cuyas razones se extienden (y entienden) más allá del terreno de juego, el equipo de Walter Otta se quedó con las "manos vacías", en su viaje a Córdoba, tras la derrota por la mínima ante Estudiantes de Río Cuarto, quien consiguió la ventaja a los 41 minutos del segundo tiempo.

Y es que el Gallo perdió bien, aún cuando parecía tener el compromiso controlado, con línea de cinco en el fondo, para llevarse un punto de Río Cuarto, y jugando nuevamente mal, más allá de aquellos primeros pasajes del partido, en el que supo controlar con eficacia a su rival, aunque sin generarle peligro.

Cumplidas nueve fechas de un torneo tan largo como extenuante, comienzan a preocupar las señales de un equipo que hizo de su mejor versión, la excepción a la regla, y salvo pasajes en un puñado de encuentros, nunca pudo hallar el funcionamiento ni la regularidad individual y colectiva, para plasmar en la cancha la idea de juego que pretende el cuerpo técnico.

Ante el "León del Imperio", de buen rendimiento y siempre con ese "plus" que le otorga la cercanía al "calor" del poder de AFA, Morón se presentó con el estreno desde el inicio de Leandro Finochietto, a la sazón uno de los principales responsables que el Gallo recién se quedara sin nada, a falta de cuatro minutos para cumplirse el tiempo reglamentario, con tres o cuatro atajadas que tranquilizan en su delicado puesto, dada la lesión muscular que mantendrá a Julio Salvá afuera, no menos de 21 días.

En un equipo con escasas ideas y mucho menos juego asociado, en esos primeros minutos Morón se dedicó a impedir que el local se lo "llevase por delante", tal su pretendida intención de arranque, manejando  la pelota con acierto en la contención, pero sin preeminencia alguna del medio en adelante.

Una vez más Franco Lorenzón resultó de lo mejor del equipo, seguro en la marca y corrigiendo errores ajenos y en esta oportunidad, con un buen partido de Santiago Kubiszyn, en su mejor versión desde su retorno.

El problema es que, Morón recupera el balón, como en aquellos primeros 20' de juego en Río Cuarto, pero después no sabe qué hacer con él, puesto que sus protagonistas de "buen pie", aparecen solo de a ratos, como Yair González, que cada vez que se "enciende", deja en claro su calidad y marca diferencias, el tema es que lo hace demasiado poco como para torcer el rumbo del partido, como ante Defensores y cuando logra hacerlo, lo hace en soledad porque no encuentran compañeros que "sintonicen" su misma "frecuencia".

Y en ofensiva parece un "deja vú" del torneo pasado, con intérpretes que se sabe de mayor calidad individual, respecto a los delanteros de la pobre temporada pasada, pero que pese a ello, no logran "engranar" en el terreno, puesto que hasta el momento, ni Ivo Costantino (en Córdoba, llegando desde el banco y por lo menos, metiendo un buen cabezazo apenas desviado sobre el travesaño, en el complemento), ni Jonathan Berón, ni Renzo Reynaga, ni Fabricio Sanguinetti (ausente en Río Cuarto) cuando le tocó ingresar, le aportaron la cuota de desequilibrio y menos contundencia frente a los arqueros rivales.

Y en la defensa las cosas no van mucho mejor, con problemas recurrentes en los centros cruzados, específicamente desde la banda izquierda, donde Iván Vaquero cumple, pero no conforma, mientras quien arribara como titular y perdiera el puesto desde hace unas fechas, Joaquín Livera, hasta el momento no ha mostrado más que una excelente pegada en los centros, pero después, en su función primigenia, es decir, la marca, ha dado siempre ventajas, como en el gol de Estudiantes de Río Cuarto, luego de una sucesión de centros y finalmente el "buscapié" en solitario desde la izquierda del ataque, que viera pasar de largo a Nahuel Zárate y por detrás de él, la llegada sin obstáculos de Martín Garnerone, para el gol del triunfo local, a los 41' del segundo tiempo, con Joaquín Livera llegando tarde y observando con sorpresa cómo Garnerone la impulsaba a la red, a un par de metros de distancia.

Y es que Morón se mantuvo en partido gracias a lo dicho, las tres o cuatro intervenciones decisivas de Finochietto y la buena labor de Lorenzón y la voluntad de Juan Manuel Cabrera, pese a algunas limitaciones, más el retorno a algo parecido a su mejor nivel, de Kubiszyn y los escasos "destellos" de calidad de Yair González, realmente muy poco para intentar ser competitivos en un escenario hostil, ante un rival difícil dentro y fuera de la cancha, por su referida posición de privilegio en AFA.

Aunque en esta ocasión, no hizo falta que un previsible mal arbitraje de Maximiliano Macheroni le allanare el camino del triunfo al local, expulsando a algún jugador visitante (pese a que "preparó" el escenario, amonestado a medio equipo), ni cobrándole un penal a Estudiantes, y eso que tuvo la oportunidad de convalidar un gol en clara posición adelantada y sin embargo anuló la acción, cuando parecía que la terna arbitral iba a mirar para otro lado.

Pero Morón volvió a perder el partido por deméritos propios, por regalarle al balón al local desde los 25' del primer tiempo y no ser capaces de dar dos pases seguidos, salvo en un par de oportunidades, perdiendo en los "mano a mano", sin coordinación ni sistema, teniendo que recurrir al pelotazo largo y sin destino, la mayor parte de la veces, también sin precisión.

Y cuando parecía tener el punto en el "bolso", pese a permitir que Estudiantes de Río Cuarto lo complicara demasiado, desde el final del primer tiempo, pero en especial, durante varios pasajes del complemento, con un par de centros y el definitivo, de rastrón al segundo palo, con toda la defensa descompensada, devolver a Morón a una realidad, que indica que pierde porque juega mal y no tiene ideas ni menos contundencia para convertir y aunque sea complicar los planes rivales.

Con nueve fechas disputadas y un largo camino por delante, la situación actual no deja de preocupar, porque Morón ha hecho de sus mejores pasajes la excepción a la regla, en el presente campeonato.

Ojalá los intérpretes "defiendan" a Walter Otta y su cuerpo técnico, en el terreno, porque la confianza sigue intacta pero depositada en él, que se está jugando el "resto" desde que volvió al club, por amor al desafío de llenarse de más gloria de la ya conseguida.

Capacidad, trabajo y dedicación sobran. Sólo falta que se "contagien" dentro de la cancha.


@elgallogustavo.



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